(Editorial lunes 8 de noviembre de 2010)
Prestemos mucha atención al siguiente párrafo:
"Actualmente podemos escribir y decir lo que pensamos, pero en un escenario tenso, de presiones directas o indirectas en el que percibimos un ánimo de crispación y revancha de un gobierno que ha elegido al periodismo como enemigo”
Salió publicado hoy en tapa del diario “La Nación” y en el diario "Clarín" otro, en sentido muy parecido. Tratemos de analizar brevemente la situación.
Ayer fue el día del canillita y se consolidó una batalla que parecía perdida en los ´90, por fin los trabajadores recuperaron su derecho. No es casualidad que, al día siguiente de haber vendido menos de un 10% de lo que venden habitualmente y facturado mucho menos estén enojados. El problema es cómo reaccionan, cómo utilizan esa libertad de expresión que ellos afirman tener pero sienten que está en peligro. Veamos.
Ambos diarios sostienen que “la gente” prefiere que haya diarios a que los canillitas descansen en su día.
Nosotros, los que tratamos de hacer comunicación popular, comunitaria o como se llame, creemos que es a la inversa, que la inmensa mayoría de nuestro pueblo prefiere privarse de comprar diarios ése día y que los canillitas descansen.
¿Cuál es la verdad? Sigamos analizando.
Comparemos ahora el “Facundo” de Sarmiento con el “Martín Fierro” de José Hernández.
En “Facundo” la voz del gaucho expresa lo que Sarmiento quiere o imagina que expresa y nos deja la impresión de un ser no muy deseable. Todo esto en función del país que él quería construir, la historia dio cuenta de esto.
En el “Martín Fierro” el gaucho dice lo que quiere decir. José Hernández lo transcribe.
Domingo Faustino Sarmiento fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Nación.
José Hernández, no.
Enrique "Kike" Dordal
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