Desde que de aquella primera generación de zonceras surgió “…el problema de la Argentina es la extensión”, continuaron acuñándose incansablemente falaces sentencias que iban a servir de punto de partida para muchos análisis políticos, periodísticos e históricos. “Achicar el estado es agrandar la Nación” en los años pesados de la Argentina, “El elefante estatal” con el neoliberalismos en su máxima pureza, hasta llegar a una certeza cuasi indiscutible, “las terribles y perjudiciales ideologías estatistas”. Así parece haberse arraigado la idea que, en los dos modelos de nación en disputa en 200 años, uno pretendía manejar todo desde el Estado y el otro, con un Estado pequeño, dejar todo en manos de la actividad privada. Tanto es así que los principales detractores del modelo impulsado en la Argentina desde 2003, utilizan como principal caballito de batalla “el control de los fondos del Estado”. Critican y sospechan permanentemente del destino de los fondos del ANSeS, cuestionan la Asignación Universal, los planes, el gasto en “fútbol para todos”, el pago de la deuda con reservas, la recuperación de la línea aérea de bandera, buscan permanentemente actos de corrupción vinculados con la asignación de fondos estatales, juzgan las retenciones, el control de precios, el INDEC y la Secretaría de Comercio Interior como factores de presión para agrandar las “arcas” del Estado en detrimento de la libertad “trabajar y ganar dinero” en un país serio.
Para poder desterrar definitivamente esta idea de un modelo “Estatista” y otro “Liberal” respondamos la siguiente pregunta en función de una lista propuesta de hechos de nuestra historia y presente, la pregunta es, ¿con qué fondos fueron financiadas las acciones políticas que se describen a continuación?: (sólo algunos ejemplos)
Los fusiles, uniformes, municiones y salarios de los que fusilaron o asesinaron patriotas como Dorrego, Güemes, los rebeldes de la Patagonia, las víctimas de José León Suárez y otros que quedaron en el tintero, fueron pagados por el Estado.
Los aviones, combustible, personal y explosivos utilizados para bombardear la Plaza de mayo y asesinar a casi 400 personas, fueron financiados por el Estado.
Los elementos de transporte, los lugares de detención y ocultamiento, como así también todos los elementos materiales, humanos y operativos utilizados para secuestrar, torturar, desaparecer, robar bebés y demás aberraciones durante la dictadura del ´76, fueron también, un gasto del Estado, incluida la guerra de Malvinas.
Hasta el helicóptero de De La Rúa, pasando por todos los corruptos funcionarios, dirigentes y legisladores que rifaron los bienes, recursos y patrimonios nacionales y se enriquecieron, de nuevo la “caja” que utilizaron fue la misma.
Hoy, la UCEP en la Ciudad, la represión a Pueblos Originarios, los intentos de fraude electoral, en algunas provincias siguen siendo financiados por el Estado y beneficiando a quienes, aún hoy, sostienen que el Estado es un monstruo, pero nunca se los oyó quejarse como “malgastar nuestro dinero”
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Arturo Jauretche |
No es muy difícil concluir que, la discusión no es el “tamaño” del Estado, queda claro que toda política necesita un Estado fuerte. La discusión está en la propiedad de ése Estado. Algunos creen que les pertenece por clase, posición o vaya a saber que “cualidad”, tal vez como Luis XV creen que “El Estado soy yo”. Otros creemos que el Estado somos todos y debe ser administrado por nuestros representantes en beneficio de todos y todas.
A un pueblo que sabe, no lo engaña un empresario.
Seamos libres, lo demás no importa nada.
Kike Dordal.