Entre susto y entusiasmo se podrían definir las reacciones de los sectores políticos que se sintieron atravesados hoy por el discurso de nuestra Presidenta en José C. Paz. Muchos salieron corriendo a ver si el sayo les calzaba, otros se quedaron sentados, sabiendo que lo tenían puesto, y otros, y a estos me quiero referir, no vieron siquiera un sayo y trataron, y tratan entonces, de encontrar una interpretación inteligente a lo que Cistina “quiso decir”.
Periodistas de toda clase, analistas políticos, dirigentes, funcionarios, candidatos, precandidatos, opositores trataron desde el instante mismo en que culminaran las palabras de la primer mandataria, de entender y por otra parte de exigir claridad, o lo que es peor aún, intentar comunicarse con”Olivos” para saber si lo que quiso decir es que se baja de la reelección.
Algunos pensando en una frase inteligente que lo haga más popular y en consecuencia incremente las arcas de su peculio, otros luchando por un cargo público obtenido por contigüidad con quien obtenga un mejor lugar en las listas, disputando espacios de poder que en definitiva nada tienen que ver con el modelo que conduce la ex primera dama, si no más bien con ambiciones individuales enmascaradas y diluidas en un proyecto popular. En definitiva, pocos escucharon lo que la titular del ejecutivo nacional dijo, pensando en lo que “quiso decir”.
“Quiero sindicatos que sean solidarios y no que sean corporaciones”
“A mi no me van a correr, ya dí todo lo que tenía que dar”
“A los que reclaman por la reelección de Cristina, que apoyen y no le hagan el juego a los que quieren que este proyecto fracase”
“No me muero por ser presidenta”
Esto es lo que dijo. No necesitamos traductores. El pueblo no necesita traductores. Ella, nuestra presidenta, habla el mismo idioma que su pueblo.
Nos retó. Nos pegó “un tirón de orejas¨” – como solía hacerlo el General. Nos intimó a defender esta oportunidad y no a pelear por un lugarcito.
Al colectivo de la victoria se quieren subir todos, construyamos muchos colectivos victoriosos y disfrutemos todos y todas de este viaje.
Seamos libres, lo demás no importa nada.
Kike Dordal
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