Hay algunas cuestiones difíciles de entender y algunos análisis que no son privativos de un especialista en deportes, que tienen mucho más que ver con lo político que con lo futbolístico.
Ayer fue ratificado el Checho Batista en el cargo de titular de la Selección Nacional, hoy se conocerá oficialmente la noticia.
Yo quisiera permitirme una reflexión que tiene que ver más con la pasión y la lógica que con el conocimiento de la disciplina. En primer lugar se crea una comisión para elegir al entrenador, que no elige nada, que responde a los dichos del presidente de la AFA. Y en segundo lugar, resulta muy curioso que, en un país, altamente futbolero y con muchísimos referentes del fútbol en la historia, los dos principales y digo principales porque no sé si son los que más saben de fútbol en la argentina, pero si los que han demostrado su efectividad y resultados a la hora de jugar o dirigir fútbol, y me refiero a Diego Armando Maradona, sin necesidad de hacer ninguna aclaración respecto de su capacidad como jugador y Carlos Bianchi como técnico más ganador en la Republica Argentina. Resulta altamente curioso que estas dos personas, quienes en sus disciplinas han demostrado haber ganado más que ningún otro, no tienen ni voz ni voto, ni posibilidad de participar de ninguna manera en la Selección Nacional de Fútbol, que se supone es la cúspide, la representación de lo mejor de lo mejor en el fútbol argentino. Y todo esto por decisión de un dirigente que en los últimos largos 20 años no produjo victoria alguna con sus decisiones. Pero, sigue decidiendo. Esto resulta una gran contradicción y no desde lo futbolístico, sino va en contra de toda lógica humana.
Para cerrar la idea, la responsabilidad no recae sólo en este personaje siniestro del querido deporte, aparentemente inamovible, también pasa por una serie de dirigentes, presidentes de clubes que lo siguen sosteniendo año tras año. Muchos se quejan en el ambiente, pero lo ratifican en su cargo una y otra vez, como si le tuviesen miedo.
Está viejo, se va a morir en cualquier momento, y el hombre se irá de esta tierra sin que nadie le diga que no, nunca, como un emperador.
Contradictorio y muy injusto, la democracia y el reparto de la riqueza también deben alcanzar al deporte más popular de la argentina.
Enrique "Kike" Dordal
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