Editorial del lunes 6 de diciembre de 2010
Por Ley 24303 del 15 diciembre 1993 el HONORABLE CONGRESO DE LA NACION ARGENTINA declara este día como el “Día Nacional del Gaucho” en memoria de la primera edición del “El gaucho Martín Fierro” en 1872.
Ahora, si uno trata de comprender lo que José Hernández pretendió mostrar con esta maravillosa obra y lo confronta con el parlamento y gobierno de nuestro país en 1993, no hay compatibilidad posible, a menos que, como desde los 90, se apele a que ciertos sectores de la sociedad jamás leyeron el Martín Fierro y mucho menos lo analizaron, pero sin embargo opinan, juzgan y aseguran haberlo leído y comprendido.
La tergiversación de la figura del gaucho hecha por las oligarquías terratenientes, sostenidas y justificadas por sus historiadores (entiéndase Bartolomé Mitre) y prolongadas en el tiempo y en generaciones por los medios creados a su servicio (entiéndase La Nación, de Bartolomé Mitre – SIC - y Clarín, el moderno grupo mercenario) han logrado colocar al personaje de las pampas como un terrateniente estanciero, con bombachas de seda y muchos metales que le cuelgan y alejarlo de su origen real, basado en una vida austera, independiente, libre y por sobretodo soberano de sus tierras y riquezas sin la concepción individual de la propiedad que nos proponen.
Es posible que, en esa visión de estanciero, nuestros legisladores hayan visto oportuno en esos años declarar este día, pero, queridos compañeros, desde el 2003 y con más énfasis desde septiembre de 2008, el gaucho, volvió a representar nuestra cultura, esa mezcla de inmigrantes europeos, esclavos africanos y pueblos originarios, ésa es nuestra sangre gaucha, sangre nacional y popular.
Enrique “Kike” Dordal
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