martes, 5 de abril de 2011

Luis Siri “El árbol”

    La manipulación de la información por parte de grupos mediáticos monopólicos provoca,  en la sociedades que de ellos dependen, contradicciones tales que las mismas terminan apoyando medidas en contra de sí mismas y defendiendo a sus propios verdugos.



La sociedad argentina se escandalizó cuando supo que una funcionaria de gobierno recibió 7 millones de dólares para que una empresa extranjera se quedara con las telecomunicaciones nacionales, no supo, o mejer dicho no pudo ver el gigantesco daño que ésa privatización le provocaba y le sigue provocando a la nación. No mucho tiempo después, la misma sociedad se volvía a escandalizar cuando tomaba conocimiento que en el Congreso de la Nación algunos legisladores recibieron “coimas” para aprobar la ley de reforma laboral. Tampoco pudo percibir ésa sociedad el monstruoso daño que la ley provocaría a su propio riñon y el proporcionalmente opuesto beneficio que recibían las empresas más poderosas del país. En esta misma línea de análisis podemos encontrar numerosas situaciones en nuestra historia, pero en particular, en los últimos 35 años.   
Hoy, se trata de instalar nuevamente el escándalo de una supuesta extorsión por parte de uno de los delegados, pretendiendo lograr que la sociedad no pueda ver el inconmensurable daño que las empresas del Grupo Clarín le vienen haciendo a los trabajadores, empleados y a la sociedad toda. La diferencia es que la manipulación de la información desnuda, claramente, intereses políticos y empresariales del grupo. Ellos usarían la frase que tanto les gusta, “El árbol no les deja ver el bosque…”, en éste caso, Luis Siri es nuestro “árbol”.



       Desde hace más de 7 años, los trabajadores gráficos de la empresa AGR – Subsidiaria del Grupo Clarín -,organizados en el emblemátiico Sindicato Federación Gráfica Bonaerense, cuyo Secretario General es Raimundo Ongaro y el Secretario Adjunto es Héctor Amichetti, sostienen un conflicto por despidos de personal y delegados que fuera resuelto judicialmente en marzo del presente año. Nadie puede creer que semejante conflicto se resuelve en la práctica sólo con un fallo judicial. Además, el verdadero problema es la negativa por parte de todas las empresas del grupo a la sindicalización de sus trabajadores y al respeto de las leyes laborales vigentes en nuestro país. Este es el verdadero problema, el conflicto con AGR, es   también, sólo un árbol del bosque.



       Como en todo bosque existen malezas que, ocupan espacio, distraen y provocan daños a veces irreparables. Las cámaras ocultas al delegado Luis Siri es el caso.

       Con el mismo grado de perversión con que George Bush padre e hijo, a través de CNN, le hicieron creer al mundo que participaban de una guerra con Irak, guerra en que una coalición de 40 naciones se enfrentaron a una nación empobrecida y donde las únicas armas químicas y bacteriológicas que encontraron fueron cucarachas en las cocinas iraquíes. También podemos mencionar el grado de “equidad democrática” pretendido por Mariano Grondona en sus programas periodísticos, donde suele confrontar en “igualdad de condiciones” a un elefante con una hormiga. Esta misma farsa hoy, pretende victimizar al victimario.

       Las cámaras ocultas a Luis Siri tiene este color. El delegado puede haberse equivocado, eso lo determinará la justicia, pero la perversión del Grupo Clarín al poner en “igualdad de condiciones” a los gerentes de AGR engañando al delegado no debe ser probada, la puso a la vista el propio medio, sólo hay que saber verlo. Gerentes que cobran suntuosos sueldos y, seguramente adicionales por “servicios especiales” enfrentados a delegados en lucha hace ocho años, perseguidos, maltratados, hambreados y con familias en situación de abandono, es la equidad del grupo mediático.



       La libertad sindical, el respeto a la ley y a la democracia, la libertad de expresión y el derecho de las personas no debe ser negociado y son los temas en cuestión.

       La sociedad no debe permitir que se le siga faltando el respeto, que se le oculte información, que se manipulen datos, a eso también debe decirle nunca más. La condena social es el arma de la democracia, de la paz y de la no violencia.



Seamos libres, lo demás no importa nada.



Kike Dordal.

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