lunes, 29 de noviembre de 2010

“La cobardía es asunto de los hombres no de los militantes”


(Editorial del lunes 29 de noviembre de 2010)
        Hace pocos días se leyó un anónimo y cobarde titular en el diario Clarín que “denunciaba” “Piden que renuncie el nuevo Presidente de Telam”, anónimo por que nadie lo firma, es decir editorial, y cobarde por que cuando se lee la nota en ningún lado dice quién pide la renuncia, sólo transcribe declaraciones de algunos dirigentes políticos y “periodistas” horrorizados por las supuestas palabras de Martín García al diario La Nación.
        En algo tienen razón, Martín García es un militante y eso significa que desde hace muchos años viene haciendo periodismo sin que nadie le ponga un peso, sin obtener ningún otro beneficio que la sensación de estar trabajando para construir un país mejor, sin esperar otra cosa a cambio. Peor aún, siendo perseguido, censurado, maltratado, sin contar los años negros de nuestro pasado. Por que eso, y no otra cosa, es la militancia. Ahora, lo que cambió es que recibe un sueldo del estado, entonces, puede, y siente el deber de ocupar el 100 % de su tiempo en trabajar por un país mejor, ¿dónde está lo escandaloso?. Los que entienden esto, entienden que trabajar para el estado es convertir nuestro compromiso social en nuestra única ocupación. Una forma de vida.
        Ahora bien, la inmensa mayoría de los que pusieron su pluma en el cielo por estos dichos, han trabajado durante toda su vida a cambio una renta por su trabajo y creen (o así se justifican) y nos quieren hacer creer, que la renta obtenida es directamente proporcional a la calidad de sus dichos, y a su capacidad personal, pero en el fondo saben que la correlación es entre la funcionalidad de sus pensamientos y los intereses de quienes les pagan, y a ellos les deben respeto y sumisión, no a sus lectores.
        Apostemos más fuerte aún, ¿alguien puede creer en la franqueza de los dichos de sujetos como Eduardo Van de Koy, Joaquín Morales Solá entre otros, teniendo en cuenta los sueldos que mensualmente cobran y además sabiendo que siempre tuvieron la “libertad” de hablar, tanto en democracia con en dictaduras?, algo habrán hecho…y lo siguen haciendo.
Esto sí es un escándalo.

Enrique “Kike” Dordal

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