Vaticinando cambios…

A pocos minutos de haberse conocido la triste noticia, en los portales de dos de los principales diarios de la argentina, podían leerse editoriales donde anunciaban cambios en el gobierno, modificaciones de rumbos y algunos otros veloces pronósticos, productos más de la perversidad que de la pericia periodística o el conocimiento político. Pero en algo podemos coincidir con esas casi instantáneas visiones. Claro, a casi cuatro días de la noticia podemos empezar a analizarlo, porque estamos tristes y debemos diferenciar con claridad nuestras percepciones de un pretendido análisis político.

Pero ellos no hacen esa diferencia, en realidad nunca manejaron la percepción, sólo ponderan intereses políticos ajenos y deseos económicos personales. Ya. No quiero hablar de ellos, vamos al grano.

En lo que podemos coincidir con estos perversos y malintencionados hombres es que sucedieron dos hechos que deben hacer reflexionar y producir profundos cambios. Uno de ellos es la muerta del compañero Néstor Carlos Kirchner, el otro, la masiva respuesta popular ante esta muerte. Pero no nos confundamos, esas masas populares que se expresaron en las calles de todo el país, lo hicieron con un solo sentido: apoyar un proyecto político, un modelo de país, llorar a su gestor y acompañar a quien tiene el mandato de seguir profundizando este modelo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ésta y ninguna otra es la lectura que deben hacer ellos de lo sucedido. Está muy bien que vaticinen cambios, pero no en el gobierno, no en el modelo, los que tienen que cambiar son “ellos”.

Se puede ser opositor, se puede no estar de acuerdo con los métodos, las formas e incluso algunos fondos, pero lo que no se puede ser es hipócrita, perverso, mentiroso, sin escrúpulos pisotear la voluntad popular como si no fuese nada, arrogarse la verdad enceguecidos por un ambición desmedida de poder, todo eso tiene que cambiar.

Si no se comportan como analfabetos políticos y saben leer el mensaje popular, deberían correrse de la escena y dase cuenta que su hora, como en los últimos 55 años, se acabó, llegó por fin “la hora de los pueblos…”

Enrique “Kike” Dordal

1-11-2010