jueves, 5 de mayo de 2011

“Qué va’cer, es así nomás…”

Mucha gente en estos días se desayunó de los abusos que vienen cometiendo las prepagas con sus afiliados. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de los que optaron por este sistema integran un grupo social de poder adquisitivo medio a alto, con pleno acceso a la educación y también libre acceso a la información. Sin embargo, o no sabían que esto pasaba, o sabían y estaban convencidos que no se podía revertir o creen que el mundo es así y que el poder económico siempre manda.
Desde hace bastante ya, la Argentina está demostrando que, definitivamente, no es así. Y cuando decimos la Argentina, no hablamos de Néstor Kirchner, ni de Cristina Fernández, ni de ningún funcionario en particular, sino de un pueblo que le otorgó un mandato a una organización de personas lideradas por el llamado matrimonio “K”, mandato que vienen cumpliendo con mucha eficiencia.
La pregunta que surge es, ¿Por qué los sectores medios/altos de nuestro país desconocen estas situaciones o si las conocen creen no poder cambiarlas? La respuesta está al alcance de nuestras manos.
Se calcula que no más de un 3 % de estos sectores lee libros y aproximadamente un 15 % consume prensa gráfica, el resto, más del 80 % se informa a través de la televisión. Para muestra basta un botón.
No cabe ninguna duda que la única forma de consolidar el camino iniciado por nuestro país en el siglo XXI es, aparte de legislar, de sostener un estado fuerte y capaz de regular, hay que fortalecer e invertir importantes esfuerzos en garantizar la democratización de los medios y el acceso a la información y modificar profundamente los contenidos del sistema educativo con el objetivo de formar ciudadanos libres. Conocer y entender el mundo en que vivimos es la principal herramienta de los pueblos libres. Para luchar por la libertad hay que saber que no la tenemos.
Comunicación y educación son los grandes desafíos a largo plazo para sostener este proyecto, vamos por buena senda. Ni un paso atrás.
Seamos libres, lo demás no importa nada.
Kike Dordal.

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