miércoles, 13 de julio de 2011

Gorilas de Gorilas

Reflexiones conjuntas entre Gabriel Fernández y Kike Dordal

Desde hace muchos años escuchamos argumentos como, “ésos votan a cualquiera”, “el problema es la falta de educación”, “les ponés al pato Donald y lo votan igual”. Para los que crecieron un entorno antiperonista eran argumentos cotidianos de justificación teórica de medidas antidemocráticas. Mucho más adelante algunos pudimos entender, gracias a la familiaridad con estas expresiones, que se trataba de “goriladas”, argumentos falaces, sin sustento, que intentan sólo denigrar a un sector social que no es afín a una coyuntura. 
 
Hace poco tiempo se escuchó por ahí, a propósito del asesinato de Bin Laden, la frase “no se puede defender los derechos humanos violándolos”. Hoy podríamos decir que no podemos combatir al gorilaje con planteos gorilas.

El primer paso es no hacer antiperonismo evaluatorio: no despotricar contra el electorado suponiendo que hemos tenido un voto de baja calidad. En política no hay que llorar ni reír, sino entender, ha dicho Perón. Luego, asumir que una parte de la población porteña, tal vez no menos del 30 por ciento, es liberal conservadora, antipopular y con una conciencia baja con respecto a sus propios intereses.
Tratar de entender la decisión de más de 800 mil personas que habitan en la Ciudad de Buenos Aires aplicando adjetivos descalificatorios como “tilingos”, “individualistas” o simplemente “fachos”, cuando no insultos tan denigratorios como los propios que se combaten, es operar una reducción o bien una simplificación demagógica que pretende distraer o desviar las verdaderas causas del fracaso hacia supuestos defectos del adversario y no teniendo en cuenta que, si Cristina en la Ciudad tiene el 50 por ciento de intención de voto, si Filmus sacó el 27 por ciento y si Cabandié sacó el 14, nuestro electorado no abandonó la causa nacional y popular, sino que condenó con astucia un modelo de construcción cerrado, injusto e inoperante. Pero también comprender que esta elección es, en trazo grueso, una muestra de sabiduría que es preciso considerar y leer para resolver errores a tiempo.
El menosprecio y la subestimación de un electorado no puede conducir nunca a conseguir que ese grupo denigrado entienda, “que malo y tonto soy, me voy a hacer bueno y voto contra Macri”, esto sumado a la falta de consideración a la trayectoria política y construcción territorial a la hora de decidir los candidatos, parece haber sido la lógica de algunos sectores que en esta ciudad, políticamente tan particular, han aplicado a la hora de decidir, a último momento, su voto. En consecuencia la lectura y respuesta de ceño fruncido no tardó en llegar, sin duda, con una contundencia mucho mayor que la esperada. Pero, sin embargo, hay que tener en cuenta también que grandes sectores de la militancia porteña le ha puesto el cuerpo con mucha fortaleza a este proceso, endilgarles la culpa toda, sobre la desazón y tristeza enorme que sobrevino, a muchos de ellos verticalizados, es cometer otro grave error. Una buena sugerencia popular para Cristina antes de octubre: Se le dijo que cuando habla de los jóvenes es preciso mirar a la militancia territorial, social, sindical y cooperativa en lugar de premiar sin sentido a jóvenes funcionarios provenientes de sectores inhóspitos para el peronismo.

Pero aún así no todo está perdido, nuestro pueblo siempre ofrece el corazón. La lucha y la construcción continúan. Eso sí una absoluta y necesaria autocrítica y un trabajo de instalación de la discusión política en todos los sectores es imprescindible. Conversemos con nuestra gente, con nuestros vecinos. Sin duda un ese fuerte piso conservador y/o neoliberal será impermeable a estas propuestas, pero de ninguna manera representa el 47,1 %. El pueblo de la Ciudad no tiene que entender los argumentos de un candidato, son los candidatos los que deben comprender la lógica de su pueblo.
Comprender esta lógica de otros, sobre todo cuando no es la propia, es el desafío en la Ciudad con pueblo, tan digno como cualquier otro.



Gabriel Fernández-Kike Dordal
 
 

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